Una vez conversaba con alguien y tomando un café me comento que alguna vez, en su niñez, leyó en un libro que no recordaba, una teoría muy interesante sobre las almas gemelas.
Decía que cuando una persona fallecía su alma se dividía y estas fracciones reencarnaban. Estas fracciones, años después, si se volvían a encontrar sentían una conexión especial. Una sensación de complementación difícil de explicar.
Demasiado especial y hermosa para atribuirla a la casualidad.
Sin querer entrar en el delicado tema de la vida más allá de la vida, siempre me pareció una teoría interesante.
¿Somos, entonces, un mero acto reflejo de una porción más grande buscando volver a estar completa? ¿Es eso la amistad? ¿Es eso el amor?
¿Porque no?
De algún lugar salió la definición de la media naranja.
Los mejores amigos saben exactamente lo que está pensando el otro, sin necesidad de que este diga nada.
Complementación.
Así que ahí andamos. Recorriendo la vida buscando esos fragmentos de luz especiales por los que dar la vida. Tan personales y tan únicos que es necesario toda una vida para poder estar seguro.
No sé si es verdad. Pero si lo es… el mayor tesoro en esta vida son el amor y los amigos.
No suena mal. Me gusta.
El mito de los "seres circulares", expuesto por Aristófanes, en el libro "Banquete", de Platón. Quizás sea este el libro desconocido. Aquélla humanidad perdida y lamentada.
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