Ni la misma página, ni el mismo libro

X: ¿En qué página estas?

Y: ¿203 y vos?

X: 203.

Y: …

X: para… ¿203, de que libro?

No es fácil. Partimos por la base de que está científicamente comprobado que ellas maduran más rápido que ellos. Si fuera una carrera no sería justo de ninguna manera. No es una carrera. Sigue sin ser fácil.

Hay mujeres con tipos más jóvenes, y que se quedan con la boca abierta cuando ellos le ponen los puntos. Hay minas con tipos 20 ó 30 años más grandes con ellas y que los retan como chicos. Eruditos en psicología ser armarían un festín con estas parejas desparejas. Complejos de Edipo, Electra y otros grandes éxitos Freudianos.

No es para nada fácil.

Pero tampoco tiene mucho sentido apelar a un razonamiento cuadrado y decir que los de 22 con las de 22 y los de 34 con las de 34. Parejitas parejas.

No me cierra tampoco.

Ni parejitas parejas ni parejas desparejas…

Hay que tener cojones u ovarios (según el caso) para plantarse y decir “para. ¿En qué página estas vos?”

Porque mirar para el otro lado siempre es más fácil.

Porque equipo que gana no se toca.

Porque si no exploto por los aires la cosa, entonces todavía puede tirar un poco más.

Pero quedarse quieto no te asegura nada. Y “asegurar” es la palabra clave. Uno no se mueve porque está seguro donde está. Sabe lo que tiene y lo que no. “Helado los viernes. Cine los Sábados.”

Pero hay algo ahí. Como un ruidito fijo, constante atrás de la nuca. Te das vuelta y no lo ves. No lo ves porque estás buscando con los ojos. Estas mirando afuera y está adentro.

Escucha, escucha. ¿Escuchas?

Te está puteando.

Porque la vida es evolucionar/madurar.

Porque esto es un viaje y no sabemos si lo vamos a poder repetir.

Hay que elegir con quien viajar, hay que ir para adelante. No quedarse en un costado. Porque el viaje sigue. Por más que vos no estés en movimiento, seguís moviéndote hacia los inevitables créditos finales.

No es fácil, no la hagamos más complicada no haciéndola más complicada