jueves, 11 de agosto de 2011

Lo que NO lo negocio

Desde antes incluso de comenzar a escribir, siempre tuve una cosa en claro. Una de las primeras cosas que me dijo un profesor de aquellos años mozos en los que estudiaba publicidad, buscando un rumbo propio en este mar de infinitas posibilidades que llamamos "Vida. Lo primero que nos dijo fue "las fechas de entrega, no se negocian".
"van a trabajar en sus tiempos, a su manera. Pero cuando llega la fecha de entrega... no hay excusas."

Y se me grabo.

Y no lo negocio.

Me puedo quedar sin dormir,
Puedo llegar tarde a otro lugar,
puedo someter a mi paciente mujer a dormirse esperando que vaya a la cama,
Puedo cancelar otros compromisos,
O hacer malabares para cumplir con todos,
Pero la fecha de entrega: se cumple.

No es nada del otro mundo.
Es constancia.
Es compromiso.
Los tengo porque me nacen.
Me nacen porque amo lo que hago.
Y hacer lo que uno ama, nunca, pero nunca, se negocia.

martes, 2 de agosto de 2011

Una vez que has echado palabras al universo…

Es interesante como este ritual, sencillo y diminuto, es capaz de extraer de nosotros, de nuestras vidas (la esencia de lo finito); palabras.
Pinceladas de letras, ahora significantes.
Inmortalizadas.
Eternas.

Es gracioso.

Una vez que están ahí afuera, expresadas, quedan solas. Desnudas y puras.
Nos han dejado.
Ya no nos pertenecen.
Nos son ajenas.
Ahora existen por su propio medio.
Y nosotros, a través de una vidriera tecnológica las miramos.
Eternas.
Inalterables.

Es irónico.

Nosotros, aquellos que van a morir, las saludamos.

lunes, 1 de agosto de 2011

bah, arriba!

Y tiras de la cuerda.
Y se rompe.
Y te caes.
Y te duele.
Y estas cansado.
Y ya te pudriste de tirar,
De caerte,
Y levantarte otra vez.
Y puteas.
Y te levantas de nuevo.
Y volves tirar..